Todos
los días de mi vida
Según las estadísticas, más de la
mitad de los adultos que están leyendo este texto hicieron ya, alguna vez, el
compromiso de amar todos los días de su vida a alguien... pero no lo consiguieron... Desearon un amor para toda la vida y ahora están separados o divorciados...
Se prometieron un amor hasta la muerte, pero uno de ellos abandonó al otro y ahora vive con otra persona...
Según las estadísticas, la mitad de
los que hasta ahora están intentando amarse “todos los días de su vida”
igualmente se separarán o se divorciarán
en los próximos años... La tasa de separaciones y divorcios después de 20 o
30 años de casados se ha ido incrementando en las últimas décadas...
Y si tomamos en cuenta el “divorcio espiritual” -la separación
emocional y espiritual de aquellas parejas que siguen viviendo en la misma
casa, pero no se aman realmente o incluso han dejado de hablarse o viven en
pleito constante-, entonces el número de parejas que se aman y se amarán
realmente “todos los días de su vida” y hasta su último aliento es muy
escaso...
Eso es lo que dicen las
estadísticas... pero –este “pero” es importantísimo-, ¿qué dices tú? ¿Qué digo yo? ¿Qué decimos y decidimos todos?...
En México ciertamente, pero también
con pequeñas diferencias en otras partes del mundo, ambos se dijeron
públicamente -o se dirán mañana o ahora mismo- algo como esto:
“Yo...
te
acepto a ti como mi espos@... Y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso,
en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida”...
¿Esta
hermosa promesa queda invalidada sólo porque no se haya cumplido... o pudiera
no cumplirse... esta vez?... ¿Este
altísimo intento ha de condenarse como “equivocado” o “ingenuo” o lo que sea
sólo porque no se haya conseguido... o pudiera no conseguirse... esta vez?... ¿No hay siempre tiempo y
oportunidad para intentarlo... una vez más?... ¿No somos eternos y,
por tanto, “tiempo” es de lo que más disponemos para desearlo-decidirlo-intentarlo una
y otra y otra vez?...
¿No es la vida, la
existencia, como un maravilloso presente en donde esta extraordinaria promesa
–“todos los días de mi vida”- se está cumpliendo, aquí y ahora, para la gran
mayoría de parejas que se están diciendo ahora mismo: “te acepto... prometo... amarte y respetarte todos los días de mi vida”?...
¿Tiene esto menos sentido que las llamadas “estadísticas” o un “posible futuro”
de incumplimiento o de fracaso?...
El
problema es que las “estadísticas” o el pensamiento rígido y lineal o la física
y la metafísica tradicionales acerca de “lo real” nos vayan absurdamente
convenciendo de la “inexistencia del amor” o de nuestra “incapacidad para el
amor”... ¡Ese es el verdadero y único problema! Porque si logran convencernos con argumentos sofistas, escépticos,
“científicos” o “filosóficos” de que no vale la pena intentar el amor para
siempre, entonces sí –y sólo entonces- estará cancelada para mí, para ti, para
tod@s, la posibilidad de amar “todos los días de nuestra vida”...
No
es, pues, cuestión de estadísticas sino de fe, de esperanza, de amor de
decisión... No es cuestión de lo que te digan otros, sino de lo que digan, en
lo profundo, tu propia conciencia y tu propio corazón...
Hoy
es el primer día de todos los días de tu vida... Hoy tienes una nueva oportunidad... Hoy
puedes abrumarte por estadísticas falsas o amargas –o incluso “reales” en el
espacio-tiempo exiguo e intrascendente de lo real-lineal-, o puedes decidirte a
creer en ti y en tu pareja –espos@, amig@, amante- y atreverse, ambos –o al
menos tú- a decirse por primera vez, o una vez más, o en un nuevo comienzo,
palabras como estas:
TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA
Si no coinciden nuestras opiniones…
(Si a
mí me encanta Cuevas y a ti Frida)
(Si a
mí me gusta Otelo y a ti Aída)…
te respetaré sin limitaciones,
todos
los días de mi vida…
Si en vez de hablar surgen las discusiones…
(Si tú
quieres seguir con tu bebida)
(Si a
la hora en punto aún no estás vestida)…
te aceptaré yo, amor, sin condiciones,
todos
los días de mi vida…
Querida, amada mía,
esposa mía…
Te amaré hoy y mañana y
para siempre.
Seré tu esposo y tu
amante hasta la muerte.
Te seré fiel todos los
días de mi vida…
Si no hay ya magia en nuestros corazones…
(Si tu
ternura se halla adormecida)
(Si yo
te quiero amar y estás dormida)…
te perdonaré, amor, sin excepciones,
todos
los días de mi vida…
Si hoy es otoño en nuestras estaciones…
(Si tu
fuerza los años ya terminan)
(Si tu
belleza el tiempo ya marchita)…
te amaré yo sin interrupciones,
todos
los días de mi vida…