VISIÓN TRIDIMENSIONAL
Hablemos, pues, de la Visión Tridimensional ,
y tratemos de comprenderla experiencialmente... Comencemos con este ejercicio:
¿QUÉ SE VE AQUÍ?
¿Figura plana? Sí y no. Según como
“mires”... ¡Se trata también de una figura tridimensional! (aparte de “largo” y
“ancho” se puede percibir “fondo” en dos o más planos)...
¿QUÉ MÁS SE VE AQUÍ? ¿Qué más puedes ver, tratando de mirar con
“visión tridimensional”? ¿Qué figura se
esconde entre las rosas?... No te desanimes si “no ves” lo que otros “ven”.
La mayoría requiere para “ver
tridimensionalmente” tiempo, esfuerzo, ejercicio, aprendizaje, técnica,
intuición... A los niños se les facilita más (¡porque todavía no consiguen
las escuelas “aplanarles” la visión!)... Hay que aprender y enseñar a mirar
tridimensionalmente la realidad. Es decir, a mirar la realidad tal como
es, pues la realidad no es plana, no es como parece ni como se ve a simple
vista. ¡La realidad es tridimensional!...
Hay que aprender a mirar y conocer la realidad conforme las verdaderas e
innatas capacidades del ser humano. Se trata de conocer y ejercitar una nueva
visión física, intelectual, emocional, social y espiritual. Esto nos hace mucha
falta para contrarrestar un poco la “deseducación” plana que casi todos hemos
tenido...
Igualmente
hay que aprender y enseñar a “escuchar tridimensionalmente”, a “comunicarnos
tridimensionalmente”, a “actuar tridimensionalmente”, etc. En eso consiste el Ser-Saber-Hacer
Integrales del Sanador Integral...
Cuando se mira tridimensionalmente,
la figura plana que todos vemos fácilmente se va “al fondo” y “salta a la
vista”, con mucha claridad y belleza (¡belleza!, ¿eh? Esto es clave en la
visión tridimensional y es una analogía de cómo, cuando se ve realmente la
realidad, tal como es, se percibe “hermosa” y con un hondo significado),
una figura que estaba “como oculta” en el interior de la figura plana... En
este caso se trata de... ¡un corazón! (¿Lograste descubrirlo? Si no lo ves
todavía sigue intentándolo, mirando y volviendo a mirar la figura anterior)...
Quienes se han ejercitado más en la
visión tridimensional saben muy bien que esta “nueva figura” puede mirarse ¡de
al menos tres formas distintas! según el modo en que se la mire: con visión “convergente” (el “fondo” toma
el primer plano y la “figura semi-oculta” aparece como hundida
tridimensionalmente en el fondo, como una silueta), con visión “divergente” (la más natural y clara: la figura plana se va
“al fondo” y la “figura nueva” aparece en un primer plano) y con visión de “doble divergencia” (figura
en primer plano, pero más compleja, con otros elementos que hay que ver más que
explicar –básicamente “triplica” y modifica ligeramente la figura “oculta”-)[1]...
No falta quien diga que en la figura
plana “ve” la muerte o un ángel u otra cosa. Yo no veo eso, pero no puedo
afirmar que no esté ahí. ¿Y si la realidad
en esa figura plana es “tetradimensional” o “pentadimensional” y yo sólo sé
mirar, hasta ahora, en forma tridimensional?... Antes de saber mirar en
forma tridimensional yo no veía nada más allá de la figura plana, y como yo no
veía lo que otros decían ver pensaba que mentían o estaban confundidos o
equivocados o tenían fantasías extrañas en su cabeza... Aprendí ya a no cometer
el mismo error: cuando alguien ve algo que yo no veo sólo puedo afirmar que no lo veo
pero no puedo afirmar que no está ahí... Sé que la realidad es
muchísimo más bella y muchísimo más grande de lo que hoy puede mostrarme mi
pobre visión, aunque ella haya crecido en los últimos años y se haya hecho
tridimensional... Y sé y espero que hay y habrá ojos más capaces que los míos y
que me enseñarán y me seguirán enseñando a ver más y mejor...
Esto que hemos hecho es un ejercicio
de lo que habremos de estar intentando durante nuestra Formación como Sanadores
Integrales: hay que abrir muy bien los ojos. Los ojos también de la mente y del
alma y del espíritu. Hay que mirar más allá de lo aparente. Hay que ver, y
volver a ver, y ver más allá... No neguemos la
realidad sólo porque de inicio se nos haga difícil verla, o si, a pesar de
nuestros esfuerzos, no logramos verla (tenemos la experiencia de una minoría de
personas que de ninguna manera, con ningún método, logran ver figuras como la
anterior en su forma tridimensional). Hay
que creer que la realidad es mucho más bella, mucho más grande, mucho más
especial de lo que nos ha parecido hasta ahora... Hay que confiar en que este
es el caso de la Filosofía
y de su Método. Sólo así estaremos plenamente receptivos y podremos
aprovechar el trabajo de las próximas páginas... Empieza a abrir “los otros
ojos”, los que también son tuyos pero están un poco atrofiados o adormecidos.
Los ojos de tu alma, de tu corazón. Los ojos de tu verdadera inteligencia...
Empieza a mirar “más lejos, más alto, más
profundo” y te llenarás de asombro, de agradecimiento y de paz...
[1] Hay dos métodos básicos
para visionar las imágenes en tres
dimensiones: el enfoque convergente,
que consiste en fijar la vista en un punto entre tus ojos y la imagen (la
mayoría logra esto haciendo bizco o alejando lentamente una imagen que al
principio está muy cerca de los ojos), y el
enfoque divergente, que consiste en dirigir la vista hacia un punto más
allá de la imagen (la mayoría logra esto mirando primero un punto lejano por
encima de la imagen y luego bajando la vista a la imagen, sin perder el enfoque
que se tenía al mirar a lo lejos)… Pero no hay métodos infalibles; muchas
personas encuentran sus propios métodos para lograr un enfoque o el otro o
ambos… Algunos simplemente miran la imagen por un rato, enfocando y
desenfocando sus ojos, hasta conseguir visionar
las diferentes dimensiones “ocultas”
en la imagen…
(Del tema "Visión Tridimensional"... del Libro "0. Sanadores Integrales"... de la serie "SInfonía en SI Mayor")
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