¡VALDRÁN LA PENA TODOS LOS SACRIFICIOS!
Pero la SInfonía
Final , de Amor y de Servicio, y sus resultados en
la Unidad , la Verdad , el Bien y la Belleza , habrán valido
todos los sacrificios...
Las luces se encienden... Miles de personas en el Central Park de Nueva
York... August, de etiqueta, frente a una gran Orquesta sinfónica, dirigiendo
su propia Obra... Comienza una música muy suave, apenas perceptible,
extrañamente cautivadora... Suave y diferente, como si así exigiera del público
un silencio y una atención especiales... La mano y la batuta de August
moviéndose serenamente... Chelos y violines en notas largamente sostenidas;
dedos girando alrededor del borde de varias copas de cristal humedecidas en su
parte superior, produciendo un sonido hondo, mágico y peculiar; percusiones
metálicas tintineantes y trémores y trémoles muy suaves y sutiles de diversos
instrumentos; una sola nota, grave, profunda y vibrante del contrabajo; un
instrumento gira en lo alto produciendo un sonido de aire y de viento; un
arpegio del arpa, de cinco notas, en lentísimo ascenso... ¡Es la Naturaleza que canta y
que danza! ¡Es la comunión con la
Naturaleza ! ¡Es la tierra, el aire, el agua, el fuego! ¡Es el
cosmos! ¡Es lo que se mueve por debajo de la tierra y por encima de los cielos!
¡Es la Música
de las esferas!... Súbitamente, las dos manos de August y un gesto en su rostro
hacen traer la fuerza de los platillos y el ritmo tamboril de una guitarra,
intensamente vital y alegre; y luego remolinos de tonos que suben y bajan en
“staccato”, y suben y bajan, y otra vez subiendo y bajando, que brotan de los
violines, con el cobijo de los cuernos y de los clarines... y entonces… un
Violoncello que comienza una danza vertiginosa de notas y de vida en el centro
del escenario... Entra en escena la madre de August que apenas hace unos días
se ha enterado que su hijo no murió durante su nacimiento y que ha regresado a
la música que abandonó hacía once años cuando le mintieron que había muerto su
hijo, y que acaba de concluir su
magistral interpretación en ese mismo parque y que camina hacia afuera del
lugar... se detiene al escuchar las rapidísimas y complejas notas del Chelo...
Esa Música le dice algo. Esa Música la llama. Esa Música, de alguna manera, es
de ella. Es ella... Y otra danza a dos manos, ahora de la guitarra, que también
hace arabescos y florituras musicales... Entra ahora en escena el padre de
August que igualmente acaba de terminar un concierto de rock en su regreso triunfal
a los escenarios después de 12 años de haber abandonado la música, decepcionado
de no encontrar a Lyla, la madre de August, a quien no pudo encontrar más
después de la noche en que se conocieron y se amaron... De regreso del
concierto, en una camioneta con sus hermanos y amigos, cerca del parque,
escucha los rasgueos de la guitarra. Esa Música le dice algo. Esa Música lo
llama. Esa Música, de alguna manera, es de él. Es él... “Oigan, ¿qué es eso?”-pregunta-... “Son
los famosos conciertos del parque”... El Chelo otra vez... El rostro perturbado
y esperanzado de Lyla... La guitarra otra vez... El rostro alerta y expectante
de Michael, el padre de August, que en ese momento ve un cartel anunciando el
concierto del parque y lee allí anunciado el nombre de August Rush, el niño con
quien estuvo tocando por la mañana; y ve, sobre todo, el nombre de su amada a
quien apenas hace unos días ha podido ubicar sin haber podido encontrarse con
ella todavía... “Deténganse. ¡Déjenme salir! –les dice a sus compañeros- ¡Déjenme salir!”... Y sale corriendo a gran
velocidad con rumbo al parque... Él corriendo... Ella caminando lentamente de
regreso al escenario... August de pie, moviendo sus brazos y sus manos como
alas en pleno vuelo... Tres almas que tienen una cita esta noche... Tres almas
conectadas por el amor, por el dolor y por la Música desde hacía 12 años, pero sin haberse
encontrado físicamente antes, hasta, tal vez, esta noche... Por eso él corre...
Por eso ella camina erguida y esperanzada... Por eso August parece atraerlos
con la Música
que vuela de sus manos. Por eso él, con los movimientos de su cuerpo y de su
ser entero, parece volar hasta ellos... De repente, otra vez música muy suave.
Flautas, oboes, clarinetes. Violines sutilísimos... Un contrastante y necesario
descanso después de las alucinantes danzas... Y una voz angélica se hace
presente... Sí. La pequeña niña del coro. Altura, regocijo, plenitud en su
canto... El cielo de la Música
de August se hace cielo y sonido en la voz de esa niña... La música de fondo
crece en intensidad... Un coro de voces hace resplandecer aún más el canto de
la pequeña solista... Michael llega jadeante al parque... Lyla se acerca muy
despacio, por entre la gente... August sonríe más que nunca, mientras escucha y
al mismo tiempo comparte la
Música que le ha sido dada... Violas, violines y violonchelo
destacan ahora en un ritmo de vals que parece invitar a una fiesta de gala...
Lyla y Michael llegan simultáneamente a unos metros del escenario. Están
también a unos metros uno del otro. Ambos miran a August. Ella por vez primera.
Ella ya sabe, en ese momento, que se trata de su hijo... A unos segundos del
gran final, August y su Música presienten el gran encuentro trino... Piano,
clavicordio, arpas, címbalos, triángulo y campanas... August cierra los ojos
por un momento... Michael voltea a su izquierda y, después de 12 años, vuelve a
ver a su amada... Lyla avanza hasta el frente del escenario sin poder apartar
los ojos de su hijo... Michel avanza paralelo a ella sin perderla de vista, y
luego se le acerca y suavemente la toma de la mano... Ella voltea y lo mira, y
sonríe feliz de volverlo a encontrar después de 12 años, y aprieta su mano...
August abre nuevamente sus ojos, mientras la Música sigue ahondando en sensibilidad y en profundidad,
como expresando la magia y el milagro de lo que en esas tres almas está
sucediendo... La Música
parece sumergirse en un océano inconmensurable, o como volar, diluyéndose, por
entre las estrellas... No hay trompetas ni sonidos trepidantes. El gran final
aquí no es el éxito mundano, ni el poder, ni la gloria artificiosa. El gran
final aquí es el amor que vence, y que vence no con brillo ni con fuerza, sino
con humildad, con sacrificio y con esperanza... August voltea lentamente,
mirando por primera vez a su madre, mirando por primera vez a Michael como a su
padre, mirándose por primera vez hijo, entero y completo... Ella lo mira
orgullosa, feliz, agradecida, con los ojos llenos de lágrimas... Él lo mira
admirado y gozoso, también los ojos nublados... Y sonríe, extasiado, con la Música que ellos le
transmiten, con el corazón y con el alma, a través de sus ojos anegados... La Música que los reunió está
casi desapareciendo. Pero comienza ahora mismo otra Música, otra Sinfonía, aún
más grande, aún más bella ahora que los tres están juntos... Sin dejar de
sonreír, August voltea hacia arriba. La Música
Nueva que viene será escuchada por los tres, pero viene de
otro sitio, de más allá de las estrellas. La unidad trina que ahora son ellos
tendrá que encontrarse con esa otra Música y responder a ella, creando y
recreando una Siempre Nueva Sinfonía... Una sola nota “SI”, persistente e
inacabable, modulada, mecida acompañada y acariciada con uno y otro y otro
instrumentos, que refuerzan y hacen el relevo en tonos, timbres e intensidades
diferentes de esa nota única que no quiere detenerse, y que ha estado sonando
desde que August dio la espalda a los ejecutantes de su música para encontrarse
con los que le dieron la música, por fin desaparece, después de 40 larguísimos
y mágicos segundos, mientras una luz explota y la escena se cierra, y mientras
August dice, como narrador de esta historia, estas palabras finales: “La música
está por todas partes. Lo único que tienes que hacer es ESCUCHARLA”[1]...
Entonces... compañero y
amigo... ¿te gustará nuestra SInfonía?... ¿Querrás ser parte de ella y poner en
ella tu propia música?... ¿Podrás mirar el futuro y escuchar su Gran Final y
percibir sus maravillosos frutos, en tu propio ejercicio de la Medicina?...
[1] Descripción e
interpretación aproximadas de lo que se ve y oye en la película “August Rush”…
(Del tema "SInfonía en SI Mayor"... del Libro "0. Sanadores Integrales"... de la serie "SInfonía en SI Mayor")
(El libro en donde está este "trozo", aquí: https://www.amazon.com.mx/dp/B00JUCHL74)
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