¡NO SE APRENDE EN LOS LIBROS! (2)
Ni la Música, ni
nada realmente verdadero y valioso, se aprende de los libros –estamos diciendo
y reflexionando-… Ni la
Medicina … ¡Está allá afuera!... ¡Está también “allá arriba”!...
August,
que ha escapado del orfanatorio siguiendo la Música y sostenido de la luna, escucha una voz
masculina que canta solitaria dentro de una iglesia y se acerca... Justo al asomarse
por el cristal de la puerta, la voz solitaria es como contestada por una bella
cascada de voces, mayoritariamente femeninas... Una sencilla música, con unos
pocos instrumentos, se oye de fondo en todo momento... El solista sigue
distinguiéndose perfectamente, pero la armonía del coro que ahora le acompaña
hace más nítida y hermosa su melodía... Se trata de afroamericanos que se
mueven rítmica y cadenciosamente, como sólo puede hacerlo la sensibilidad tan
especial de esta raza... Sólo mirarlos y escucharlos invita al movimiento y a
participar de alguna manera... Dos, tres y hasta cuatro voces en un alarde de
exquisitez y de precisión... August entra y se queda semioculto detrás de una
reja de madera, en el momento en que un nuevo solista, una pequeña niña de unos
9 años, eleva su privilegiada voz, mientras el coro guarda silencio sin dejar
de moverse... Unos segundos después, una mujer interviene también como solista
con un tono y modulación de voz diferente... La niña le responde, haciéndose
presente una especie de diálogo musical... ¡Y luego sus dos voces, al unísono! ¡Notas
distintas pero simultáneas y complementarias que embellecen aún más cada voz
individual y el conjunto del canto espiritual que se oye realmente como si
viniera del cielo!... Y luego el primer solista nuevamente, con todo el coro acompañando
y dando dirección y fuerza, y aún más ritmo, pues a la danza se añaden palmas
rítmicas en cada primer tiempo de los dos de que consta el ritmo de la
melodía... August, que se ha ido acercando, no deja de mirar y admirar, de
escuchar con todo su ser, de aprender y de componer y recomponer en su
interior, de disfrutar, de vivir y de ser feliz mecido y elevado por esa Música
que, sin duda, viene de arriba, y que tiene el privilegio de escuchar... Finalmente,
regresa la niña, y le contesta el primer solista, y la niña otra vez, y la
tercera solista, y todo el coro, y la danza, y las palmas, sonando todo como
algo que uno no quisiera jamás dejar de escuchar[1]...
[1] Descripción e interpretación aproximadas de lo que se ve y oye en la película “August Rush”…
(Del tema "SInfonía en SI Mayor"... del Libro "0. Sanadores Integrales"... de la serie "SInfonía en SI Mayor")
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